Por Tony Cartalucci*

El think-tank de análisis político Brookings Institution confirma que, al contrario de la propaganda, los “moderados” sauditas-norteamericanos y los “islamistas” de Turquía-Catar han estado coordinados todo este tiempo.
El think-tank de análisis político Brookings Institution confirma que, al contrario de la propaganda, los “moderados” sauditas-norteamericanos y los “islamistas” de Turquía-Catar han estado coordinados todo este tiempo.
La guerra en Siria continúa de forma interminable, ahora con un vigor renovado recientemente demostrado tras una oposición largamente retratada como fracturada y reflejando una miríada de intereses extranjeros que compiten entre sí. Principalmente se le había dicho al público que estaban los norteamericanos y los sauditas por un lado, apoyando a los llamados “rebeldes moderados”, y Turquía y Catar en el otro abiertamente apoyando a Al-Qaeda y varias de sus franquicias, incluyendo al Estado Islámico.
Sin embargo, para quienes han seguido el conflicto de cerca, estaba claro desde el principio, y bajo el reconocimiento de Occidente del éxito en proveer articuladamente y de forma encubierta, armamento, dinero, equipos y apoyo tanto político como militar a Al-Qaeda y otros grupos extremistas, a los que Arabia Saudita no se opuso, sino más bien usando al reino como el principal intermediario a través del cual el apoyo material de Occidente podía ser blanqueado.
Y este hecho ahora se confirma en un artículo recientemente publicado en la página web del Brookings Institution titulado “¿Por qué Assad está perdiendo?“.
Sostiene inequívocamente que (énfasis añadido):

El grupo terrorista Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) asesinó al menos 37 civiles en el pueblo de Al Mabuye, donde conviven sunitas, alauítas e ismailítas, en la provincia central siria de Hama, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. Algunas de las víctimas, entre las que figura una familia entera, fueron decapitadas, mientras que otras fueron asesinadas a tiros y otras quemadas.
“El involucramiento de grupos del ‘Ejército Sirio Libre’ (ESL), de hecho, revela cómo quienes apoyan las facciones han cambiado su canción en relación a la coordinación con los islamistas. Varios comandantes involucrados en la dirección de las operaciones en Idlib confirmaron al autor que las operaciones dirigidas por la sala de operaciones dirigida por EEUU en el sur de Turquía, que coordina el aprovisionamiento de apoyo letal y no letal a grupos vetados de la oposición fueron un recurso para facilitar su involucramiento en las operaciones de abril en adelante. Esta sala de operaciones -junto a otra en Jordania, que cubre el sur de Siria- también parece haber incrementado de forma dramática su nivel de asistencia y suministro de inteligencia a esos grupos vetados, como se vio en semanas recientes.
Así esta sala de operaciones multinacional previamente haya exigido que los receptores de ayuda militar cesen la coordinación directa con grupos como Jabat al-Nusra, las dinámicas recientes en Idlib parecen demostrar algo diferente. No sólo se aumentó el envío de armamento a los llamados ‘grupos vetados’, sino que la sala de operaciones alentó específicamente una cooperación aún más cercana entre los islamistas que dirigen el frente de operaciones.”
En líneas generales, Brookings se complace en reportar que con la infiltración y el desbordamiento de gran parte de Idlib, al norte de Siria, parece que el objetivo hace tiempo planteado de crear una base de poder para sus intermediarios en las fronteras de Siria, y tal vez incluso la ampliación de la cobertura aéra de la Otan sobre él, finalmente ya esté a la mano. Brookings todavía intenta perpetuar una narrativa de una confrontación entre Occidente y Al-Qaeda, a pesar de admitir que fue sólo con apoyo occidental que las recientes ofensivas apuntaladas por Al-Qaeda fueron exitosas.

El armar y financiar a extremistas sectarios, incluyendo Al-Qaeda, era la política admitida por la Casa Blanca, entonces dirigida por W. Bush, a través de intermediarios, Arabia Saudita incluida. El periodista veterano y doble premio pulitzer Seymour Hersh en su reportaje “El redireccionamiento: ¿la nueva política de la administración beneficiando a nuestros enemigos en la guerra contra el terrorismo?” develó esta conspiración, que desde entonces se ha revelado literalmente como fue descrita en 2007.